22 septiembre 2006

Soliloquio.-




No puedo pensar en mi sin pensar en vos, pero si puedo pensar en vos sin mi. Veo, con mi trastocada visión, con la mirada de un hombre enjaulado en tantos prejuicios, en tantas historias pasadas. Como si viera un espiral. Con jueguitos de preguntas y respuestas, el espiral se ensancha y fortalece. Esferas dentro de otras, que no se como atravesar. Hay veces que son pompas de jabón y son lindas, otros días son de acero. Esfera dentro de esfera, dentro de esfera. Otra visión. A veces me pienso encerrado en una habitación, en la cual, sin duda entre por creerla cierta, mejor, menos peor o simplemente mejorable, la bruma de mi falta de entendimiento, de tristezas, mi falta de carácter (algo que me gustaría solucionar y tampoco veo como) no me deja ver la puerta o alguna puerta porque no. En la habitación estoy sentado en una silla de madera. Hay días que la habitación, se me antoja enorme, cómoda y me deleito mirándola o teniendo una visión de ella y de mi ya que soy un reflejo de esa estancia, aun con bruma, siempre con bruma, (No es la niebla del personaje de Eco, o talvez si?). Puedo encontrar todo en sus términos. Todo lo que encuentro me complace. No por su perfección, mas bien por algún brillo de belleza y por que puedo entenderla ese destello. Me gusta y puedo ver las cosas a los ojos. Otros días la habitación es tan pequeña y asfixiante que parece que me acogota y pienso en escapar. Como hoy. Esos días la bruma es fortísima, se puede cortar y morder, Verse la nariz? Imposible. En fin, la bruma fluctúa, como una marea. No en su significado estricto, pero si se balancea alrededor de dos puntos. No es que se acerca y se va. Se hace mas y menos densa. Toma cuerpo y se desvanece ese es su transitar Esos días las puertas no se ven, no hay donde ir, se ha reducido la habitación a mi cuerpo, donde me encuentro prisionero, donde la visión del mundo es tan atroz que fabrico mi propio infierno. Si esta bien, todos los infiernos propios o ajenos son privados, son únicos e interiores. Las llamas queman por dentro. Así, todo, todo tiene ese tinte infernal y no puedo despegar de el. Esos días creo que la vista, la percepción por decir mejor, esta agudísima, parece agudísima, agudisisima. Mas que nunca. Y el humor, este que maneja las mareas de la bruma, que me maneja a mi, cuando debería ser al revés no`s`ierto?, al cual no puedo abordar, no puedo acceder y timonear, ese humor se desbarranca en espiral, crece y se desmadra mientras se alimenta de si mismo, de mi mismo. Me chupa. Se realimenta diría alguien, (Yo).
¿Ya dije que esos días no veo ninguna puerta? ¿y que me creo con la vista mas fina y prominente del mundo felino?
Esos días no tengo paciencia. Esos días no tengo dialogo, no tengo oportunidad de sonreir realmente. ¿Ogro? No se ... pero cerca, cerquita, ... caliente ... caliente, que te quemas!.
¿Los días que veo la puerta me decís?. Ah sí. Esos otros días. Ahora no estoy tan seguro de que sea una puerta. Eso es así, es mi dialogo interno. Empieza por ahí. Mmmm. No estoy tan seguro. Duda. ¿Que hay del otro lado de la puerta?,¿Es una puerta o un abismo? Miedo. Dale,¿Solo mirar que hay? Terror, inmovilizante terror, Además, de que te estas escapando si aquí están tus problemas, es acá donde debes resolverlos ¡En tu habitación!. Si la construiste para eso ... para estar ahí, así. Autosuficiencia. Pero mirá. Mirá que linda tu habitación. ¿No ves los rayos del sol a través de tu bruma? No es tan mala? Autoconvencimiento. Es verdad, tiene sus cosas pero ... pero ... mmm. Vení sentate y disfruta que la vida es corta ... brindemos, tomemos, fumemos. Somnoliencia. Adormecimiento. Pero que perdida de tiempo. Dale que te dale con la maquinita de picar cerebro, aturdiendo en lugar de construyendo. ¿Debatiendo para que? Onanista. Onanista sublime de la ..., de ...
Los humores me resultan inmaduros, tan inmaduros. Como que las herramientas para manejarlos me fueron vedadas, que los resortes siempre han sido ocultados. Los disparadores, los accionadores, son tan simples. Casi caprichos los manejan, y los varillajes y engranajes en la oscuridad. En el sótano, en el subsuelo. Si, si ya lo se. Detrás de la puerta hay algo, algo de eso, seguro. Pero me da miedo. Terror. ¡Espanto!. Me quedo duro, estaqueado, mirando con el rabillo del ojo, o los ojos cerrados y escuchando, percibiendo a medias, o a décimas, con un cagazo paralizante. Impotencia. Onanista sublime de la IMPOTENCIA.
Hablo de días, igual que si hablaría de años o de segundos. En esos días, el tiempo, esa invención pavorosa, el tiempo es tan variable, tan caprichoso como la forma de las nueves, de la espuma en la orilla del lago. Viste. Lo notaste? Las imágenes siguen remitiendo, apuntando a la niebla. Me la traen desde adentro desde las palabras que encuentro para una metáfora zonza. ¿O las palabras me encuetran? Parece mentira pero no lo es, todo parece alimentarse y crecer. Así en forma exponencial. Bueno.
De afuera vos no ves esto, pero lo aceptaste con mis besos y lo metiste en tu propia pieza. Bah! eso me imagino. Cuando imagino, imagino con el corazón, seguramente razones de la familia de las acciones vistas, de la especie de las que se pueden juzgar y medir con una varita, sean las que vienen a mi. Vienen pero no al intelecto sino al receptáculo de las sensaciones. Bueno eso, cuando siento casi no me equivoco. Eso diría yo. Si ya se, puede ser que te tenga cansada con esto pero, ahí me siento bien seguro. Hasta ahora no había dicho ni nombrado seguridad. Tampoco la inseguridad.
¿Serán todas las brumas, esa marea densa, manejada por la mayor o menor seguridad en mi mismo?¿ Por la mayor o menor probabilidad (la que mi ojo puede ver escrutando el futuro) de mantenerse a flote? O sin mojarme, depende de lo que se me antoje inconveniente. ¿Será? Bueno yo te metí. Estás, en mi habitación. Estas acá, en la pieza de un loco, que no para de preguntarse todo en lugar de fluir un poco mas. A veces sin hacer nada, de tanto fluir. Eso también me sube la bruma. Otras corriendo atrás de los demás, en lugar de plantarse y hacerse valer un poco mas. Si, eso también me sube la bruma y sin saber que me gustaría hacer, ni que quiero. Aaaah! Como me sube la bruma.
¿Pedirte perdón? Con gusto lo haría, es lo primero que se me ocurrió, pero pareciera, aunque no lo entiendo bien, que sería desvalorizarme, menospreciar mi esfuerzo y las ganas de estar mejor.
Uno sabe, o cree saber, como empiezan las cosas piensa que tiene decisión y fuerza para manejarlas.
Pero como terminan. Abro signo de interrogación.
¿Qui lo sa?.


13/7/06

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