21 septiembre 2006

Infinidad de contradicciones.-



Una rifa, una reflexión ... Así decía Don Eduardo?
El temita es así. O al menos así parece desde la perspectiva occidental. Pensar que el comportamiento y las percepciones del hombre, digo hombre como entidad, como humanidad, como la raza humana, no? Se entiende? Pensar que el hombre tiene un centro, un cero, una normal; es una pretensión demasiado ambiciosa para este mundo infame. Y, a pesar y con todos los siglos, errores y horrores, se insiste en el tema. Para esta humanidad mas proclive a la guerra que a la filosofía, mas caracterizable por lo atroz que por la bondad, mas reconocible por las ruinas que fabrica y ama pisotear que por una mirada comprensiva y un gesto de compasión. Ese Hombre busca una normal de la peor forma, sin sentir ni pensar.
A los seis años mi Santa Madre me mandó al catecismo a la iglesia de la vuelta. Además de levantarme temprano, de mal humor y de las largas y blancas piernas de una compañerita, el catecismo no me dejo mas que una culpa ancestral, bien metida dentro de cada hueso. Hoy se ve que el cristianismo, la religión que mas éxito ha tenido y que ha desarrollado mayor popularidad, ha tenido el tan mal tino de inventarse un Dios capaz de todo, incluso de crear un Infierno eterno. Hay que ser al menos malvadisisimo para crear un infierno eh!. Imaginate, que el capo del infierno es solo un angelito de morondanga (un ángel caído), hace la comparación. Un tal John Stuart Mill, no se quien es, se que George Louis Borges lo cita, así que debe ser una eminencia o algo así, decía que su padre le decía :” ... pensá en un SER capaz de inventar el infierno”. Yo te digo, si me lo encuentro por ahí, me cruzo de vereda. Y aunque parezca extraño, Voltaire deja entrever que por ese infierno es que el cristianismo tuvo el éxito que ha tenido. Nunca leí a Voltaire, aunque debiera, pero también lo cita JLB. Entiendo que, por definición, casi se obliga a la religión, cualquiera sea esta, a que dé las respuestas a las búsquedas y a la incertidumbre de andar boyando sin saber de donde nos alejamos ni a donde nos acercamos. También, entre otras cosas, desliza u ordena indicaciones, de las mas variadas, para avanzar dentro del camino y jamás apartarse de él. Digámoslo, tener a los feligreses prendidos de un collar que te ahorca con los infiernos y te promete una vida eterna a cambio de una vida tortuosa, es una idea fabulosa. Habría que ver de que lado te sentás a mirarlo. O si te podes sentar no?. Sigo. El cero de los Cristianos, entonces es un Dios y en haras de eso mismo, se han hecho mas soldados que armas, mas armas que guerras y mas guerras que partituras han firmado los músicos desde el principio de los tiempos. Si contamos los muertos, los muertos torturados, los torturados incendiados, los incendiados descuartizados, los descuartizados insepultos adornando los caminos de la búsqueda a ese centro, a ese cero, me descompongo.
Los científicos y agnósticos, una vez que pudieron escapar de las hogueras y tormentos de la cristiandad, no de su Dios, plantearon, una nueva normal. Un cero humano/científico, alejándose así, de la manejable pero siempre irascible deidad. (Voy a revisar esto porque tengo miedo de escribir mas gansadas que un gato pero... ) Intuyo que, por esos tiempos, el avance de la ciencia o la agudización de las observaciones que devienen en la creación el psicoanálisis, buscan también ese cero, ese punto de equilibrio, ese punto de partida. El centro del Hombre. Yo veo, creo entender, que es mas fácil verificar las desviaciones, medirlas y evaluarlas, que delimitar ese centro, que adivinar y trazar esa normal tan científica. Tan pretendida que deja de ser humana. Es extraña. Ese cero realmente ilusorio. Aunque pensándolo bien es mas humana que todo. Pues es una muestra en estado puro del orgullo, arbitrariedad, pedantería y esas cosas que en su justa media son hasta necesarias. Ves? Otra vez aparece. Pero, si es imposible verlo de otra forma!. “... en su justa medida...” acabo de escribir casi sin querer. Ahí aparece, otra vez, el cero, la medida, otra vez. Ese centro parece que representa mas bien una búsqueda, pero no se la usa como tal. Es para muchos, la verdad mas acabada del universo. Representa un pretendido equilibrio que no pudo encontrar. Que no pudimos encontrar ... y no es así. Así estamos, habitados por infinidad de contradicciones.

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